27 de junio de 2012

Aprendiendo a mirar.



Y ahí estaba sentada en un columpio meciendose con el viento.

Era muy chica para diferenciar a la gente mala de la buena, y no comprendía que no hubiera otro estado de animo que no fuera la felicidad.

Han pasado varios años ya desde aquel día, que mientras se mecía con fuerza en el columpio prometio nunca dejar de sentir aquello que sentía cuando se columpiaba.

Esa adrenalina que se siente al estar volando, esa sensación inmensa que cubre tu cuerpo y te hace sentir la persona más suertuda del mundo. Esa felicidad.

Hoy después de varios años comprendí que la felicidad es como aquel columpio donde solía jugar de chica.

No podemos estar todo el tiempo columpiandonos. Quizás podamos estar toda una tarde o un par de horas, pero en algún momento debemos parar de hacerlo y seguir con con lo demás.

No podemos ser felices todo el santo tiempo, muchas veces nos deben pasar determinada cosas que nos bajen de un tirón a la realidad y nos hagan comprender que no todo es lindo y que los momentos malos también existen.

Cuando nos suceden cosas malas, nos damos cuenta lo que en verdad es ser felices y valoramos un poco más las cosas.

Las cosas malas y los momentos de tristezas existen para hacernos ver cuales son los felices y cuales son las cosas buenas que tenemos y no sabemos ver.

No importa que me suceda seguiré subiendome a columpiarme varias veces y bajare otras veces más, algunas épocas me columpiare todo el tiempo y otras ni me sentare sobre el columpio.

Todo tiene su lado bueno y su lado malo, no existe la perfección, ni el momento perfecto, siempre puede haber algo mejor al final del camino.


Hellow, estuve desaparecida! 300 seguidores, no me lo puedo creer, que en tan poco tiempo a mucho les guste el blog.

Hoy me pasare a leer y a contestar a todos los que siempre estan conmigo y me apoyan, la ultima vez no pude.

Hoy me pondre las pilas y les quiero contar que me encuentro bien, a decir verdad, últimamente estoy feliz.

Un beso enorme de Agus ∞