18 de febrero de 2019

Hola de nuevo.

Son las 5 am, aun no puedo dormir.

La sensación es la misma, es como si estuviera parada en aquel año y en aquel momento.

Estoy sola.

Estoy acompañada, la gente me rodea. Aún así estoy sola. Muy sola.

Sonrió, hola de nuevo murmuró, saludo a la soledad como si fuera una vieja amiga, después de todo mucho tiempo estuvimos juntas.

Hoy volvió y viéndola me di cuenta que un poco la extrañe, un poco la busque. Y así como decidí volver a ella, a enfocarme, a priorizarme.

Cuando ella convivía conmigo jamás pedí perdón, hoy lo hago todo el tiempo hasta cuando no tengo la culpa, hoy busco hablar y no decir nada, hoy todo el tiempo busco agradar. Cuando ella estaba yo crecí, avance. Hoy retrocedo.

Hoy tengo mucha gente que me apoya, pero hoy elijo estar sola, hoy quiero estar sola.

No demando más amor, yo conmigo sola puedo.

2 de febrero de 2019

El viento

Estaba parada y mi cuerpo temblaba de frío. La vista era hermosa desde la cima de la montaña, vi como el sol caía y se escondía.

Estaba sola, la inmensidad del paisaje me rodeaba, el vacío me abrazaba y me emponderaba. Nunca me sentí tan fuerte, tan alta, tan libre.

Cerré los ojos, el viento agitaba mi cabello y jugaba con él. Si pudiera describir la sensación lo haría, pero simplemente no puedo.

Me encontré, después de muchos años me vi reflejada, me abrace, me ame y supe que nunca más me dejaría. Que primero estaba yo, luego el mundo.

Fue solo un momento en donde todo se entrelazó y cobro sentido. Suspiré.

Estaba tan liviana que creí que el viento me llevaría con él. Y así fue, se llevó lo que pesaba y dolía, se llevó lo que me costaba soltar.

Siempre me gustó el viento. Agitando todo, siendo salvador, siendo destructor. Yo quiero ser como el viento, liviana y fluyendo.

Escuche su voz, pronunciaba mi nombre. Sonreí.

Me encanta la soledad, todo lo que me hace crecer, todo lo que descubro en ella, todo lo que encuentro de mi, pero amo más su voz pronunciando mi nombre, y la sensación de no estar más sola de nuevo.

Yo escale primero la montaña, aprecie la vista un buen rato, crecí en el silencio de la inmensidad, pero ahora él me había alcanzado, ahora me rodeaban sus brazos, su seguridad y su amor.

Cada vez que el viento agita mi cabello, recuerdo ese momento y el corazón me desborda de felicidad.

(Jujuy, 2018)